CRISTINA LARCO, la secreta voz del desierto que nos llega desde Potrerillos, es la voz del viento aromada de olas y tamarugos, las olas del océano y los tamarugos de Atacama que entre salares y piedras, nos llevan a los antiguos senderos del canto precolombino; un tejido tramado de lanas y leyendas por donde se asoma una nueva oración escrita con los minerales más preciosos de nuestro idioma.
MIROSLAV SCHEUBA y sus cantares que han nacido en la cocina del hogar, donde la Oda a la Sal y la Oda al Pan dan paso a diversos tributos, desde Gutenberg hasta Borges y Bioy Casares, cómplices de un personaje marginal. Inspirado en esas dos grandes sacerdotisas de nuestra América morena que son Sor Juana Inés de la Cruz y Violeta Parra, Miroslav en su menú también nos ofrece otros remedios para el alma.
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